Las tintas metalizadas, al tener una composición propia, deben tener un tratamiento diferente de lo que són las tintas convencionales grasas.
Tienen su propia pantonera y su comportamiento en impresión és absolutamente diferente.
Es por ello que cuando uno pide un presupuesto y tiene intención de utilizar estas tintas haría bien de comentarlo antes de empezar.
Porque las tintas metalizadas tienen unos costes mucho más elevados y ya sabemos que los incrementos de precios una vez aprobados los presupuestos son complicados.Porque la preimpresión de los documentos puede variar muchisimo, sobretodo en las sobreimpresiones. Porque la distribución de los elementos en la hoja puede variar (cuando hay tintas metalizadas con fondos nos inclinamos a descartar el tiro retiro) Porque puede haber problemas de incompatibilidad con procesos posteriores (nos hemos encotrado con problemillas en el momento de aplicar algún tipo especial de plastificado) porque el tiempo de secado que nos obliga és mucho mayor con lo que el tiempo de entrega puede variar. Porque si la producción es muy elevada puede que no se tenga tanto stock como en tintas convencionales. Porque las tipografías muy finas pueden sufrir mucho (sobretodo sobre papeles offset).
Por todo ello, mejor contar con la complicidad de la imprenta.
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