Más allá de lo pedagogico del tema, visitar Graphispag este año ha sido un bonito paseo por entre stands. Y poco más. Si lo que se pretende és conseguir una feria de referéncia, va a ser árduo y complicado.
Lo que antes era derroche y opulencia ahora se ha convertido en un muro de lamentaciones. Bueno, pues ni tanto ni tan poco. En anteriores ediciones, el sector de las artes gráficas era una desmesura, una desmesura que con el tiempo y con la inestimable ayuda de la crisis ha acabado dandose de bruces y dejando un desierto donde antes florecían maquinas de imprimir por doquier. Antes imperaba el comprar la máquina más grande. Eso tan viril y visceral...
Ahora la crisis ha puesto a todo el mundo en vereda y nos encontramos en el punto de inflexión de un largo camino aún por recorrer.
Si tuvieramos que destacar alguna cosa podríamos decir que el digital se lleva el premio, pero aún por saber si es porque su exposición és siempre mucho más barata que instalar maquinas de cuerpos de impresión offset.
Yo me quedo con los grandes formatos. Estos van a su ritmo, añadiendo paso a paso, valores añadidos, prestaciones, rapidez, versatilidad...en fin que ellos a lo suyo y dando de que hablar.
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